SÍNDROME DEL SHOCK TÓXICO ¿QUÉ ES?
La primera vez que supe de esta enfermedad fue cuando tenía 14 años y estaba leyendo el prospecto de unos tampones para aprender cómo colocarme uno por primera vez.
La verdad es que tuve mis dudas sobre si continuar con el experimento… ¿fiebre, confusión, convulsiones? Al final decidí que los beneficios eran mayores que la ínfima posibilidad de contraer la enfermedad y seguí con ello.
Pero, ¿de qué trata exactamente el Síndrome del shock tóxico?
El Síndrome del shock tóxico (SST) es una enfermedad muy poco frecuente, aunque grave (puede llegar a ser mortal), que puede ser causada por dos tipos de bacterias: el Staphylococcus aureus y el Streptococcus pyogenes, las cuales pueden producer un tipo de toxina que puede llevar a una sepsis.
Esta toxina no afecta a todo el mundo, sólo a personas cuyo sistema inmunitario está demasiado bajo para poder combatirlo, de hecho, existe un tercio de la población afectado por esta bacteria pero que no contraen el SST.
Síntomas del Síndrome del shock tóxico:
Los síntomas más frecuentes son muchas veces confundidos con un resfriado: malestar general, fiebre alta, nauseas, vómitos, diarreas… Aunque también son frecuentes la confusion, las convulsiones o una tensión baja entre otros.
El uso de tampones y el Síndrome del shock tóxico.
Aún a día de hoy, no se sabe qué es exactamente lo que hace que el uso de tampones provoque la aparición del SST. Se sabe que cuanto mayor es la absorción del tampón, mayor es el riesgo de poder contraerlo, por eso es necesario que adecuemos el tipo de tampón al flujo que tengamos en cada momento.
Otras formas de contraer el Síndrome del shock tóxico:
Los tampones no son de ninguna manera la única forma de contraer el SST, tanto mujeres, como hombres o niños pueden hacerlo. De hecho, hay más posibilades de que lo contraiga un niño que un adulto, debido a que sus defensas no están completamente desarrolladas.
Hablando de manera general, un 50% de los casos son “SST menstrual” y el otro 50% pueden ser debidos a picaduras, quemaduras o, incluso, una intervención quirúrjica.
Ahora bien, no hace falta ponernos paranoicas pensando “esto seguro que me pasa a mi”. Como ya he dicho, el SST es una enfermedad muy difícil de contraer, y además, podemos llevar a cabo una serie de consejos que nos beneficien:
Adecuar el tamaño del tampón al flujo que tengamos en cada momento.
Cambiar los tampones con frecuencia (cada 4-8 horas).
Utilizar otro tipo de opción higiénica al menos una vez al día, por ejemplo, usar la copa vaginal o ponerse una compresa en vez de tampón a la hora de dormir.
